—Hace dos mil años que lucho solo.
—Bueno, nunca se es demasiado viejo para aprender.
Kyrian resopló.
—No puedes enseñarle trucos nuevos a un perro viejo.
—No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.
—El tiempo es oro.
—Dios ayuda a los que se ayudan.
Él soltó una carcajada.
—No vas a dejarme ganar, ¿verdad?