Cuando te ataquen con magia, corre, reza o arroja piedras; muchos magos no son más que un fraude, y puedes salir airoso aun cuando tu corazón tiemble. O bien puedes permanecer tranquilo y murmurar cualquier cosa mientras mueves fluidamente tus manos. Algunos practicantes del arte son tan cobardes que pueden salir huyendo ante esto. Y, en cuanto a los otros, al menos, cuando los hombres hablen de tu muerte días más tarde, dirán: "Nunca supe que fuese un mago; lo mantuvo en secreto todos estos años. Debe de haber sido un tipo inteligente". Desde luego, algunos no estarán de acuerdo con esto.